Cuántas veces hemos oído que con el cliente hay que ser “todo amabilidad”. Seguro que muchas. Y es algo totalmente cierto, al fin y al cabo tener clientes es la clave de supervivencia para cualquier negocio. En cambio no es habitual escuchar lo importante que es ser amable con tus proveedores, a quienes muchas veces se trata con hastío o superioridad. Es una opinión personal, pero creo que debemos adoptar una filosofía que promueva la amabilidad hacia clientes, proveedores, colaboradores…y en general a todo aquel con quien establecemos contacto, algo igualmente aplicable a nuestra vida personal…